Hacienda de Toshi
En un valle en el actual Estado de México, a unos 60 km de la capital de dicha entidad se encuentra la Ex hacienda de San José de Toshi cuya construcción data de mediados del siglo XIX, era una hacienda próspera donde se cultivaba maíz, trigo y cebada.
Durante la Revolución Mexicana, fue defendida valientemente por los trabajadores de la familia Orvañanos Quintanilla, dueños de la hacienda, quienes la salvaron de la destrucción de que fueron objeto otras propiedades similares que había en esa región.
Tras la muerte de doña Dolores Quintanilla de Orvañanos dejó la hacienda en herencia a sus dos hijos que vivían en España, y la expropiación de las tierras, la vida de la hacienda se pagando, hasta que en 1958 Doña Teresa Ortiz, viuda del mayor de los hermanos Orvañanos, decidió rescatarla para realizar en ella una obra social en beneficio de los antiguos jornaleros. Compró a su cuñado la parte que a él le correspondía y con la ayuda de un grupo de jóvenes montaron un centro de alfabetización incorporado a la UNAM, en 1960 iniciaron un dispensario médico en la planta baja de la hacienda.
Al principio resultó difícil establecer contacto con los pobladores de aquel lugar ya que sólo unos cuantos hablaban español, pero movidos por la necesidad se fueron acercando a “La Casa de la Abuela”, traducción de vocablo “Toxi” de origen mazahua y depositaron su confianza en aquellas personas que sólo querían ayudarlos.